martes, 5 de mayo de 2015

Resistir, luchar, seguir

Si algo define lo que siento desde que comencé a entrenar el Ironman y lo que he vivido hasta el día de hoy, en que empiezo la semana 9 de esta locura, es la lucha interna que hay en mi cabeza por continuar adelante, por no dejarme llevar por el cansancio, por el desánimo en ocasiones y por lograr no perder de vista mi objetivo final. Resistir, luchar, seguir. Es mi karma, mi mantra particular. Son las tres palabras que me repito continuamente para seguir entrenando. Nadie dijo que esto fuera a ser fácil. De hecho tenía claro que esta aventura sería cualquier cosa menos fácil. ¿Pero tenía que costar tanto esfuerzo? Supongo que si. En parte, esa es la clave. Si esto no costara tanto esfuerzo y sacrificio, ¿qué mérito tendría?

Esta semana he entrenado en los volúmenes que me tocaban pero he tenido que adaptar un poco el fin de semana debido al puente de primero de mayo. He disfrutado del puente con la familia y mis amigos. Y cómo hay tiempo para todo, tanto el sábado como el domingo, tuve la suerte de poder entrenar con Eric y Jordi, mis compañeros de batallas deportivas desde hace años.



A veces es necesario romper la monotonía del entrenamiento y hacer algo diferente. No solo entrenar por entrenar. Sino entrenar para disfrutar. Y eso es lo que hicimos por la vía verde de Ripoll a Sant Joan de les Abadesas. Unos 20 km exigentes a ratos, y suaves con los que disfrutar del increíble entorno por el que corríamos la mayoría del tiempo.

En la bici me sigo encontrando bien, comenzando a entrenar a medias por encima de los 25 km/h. ¡Por fin! Tenía esta barrera "psicológica" que no era capaz de romper, aunque al final ha caído. Otro pequeño paso más en que veo que el esfuerzo está dando sus frutos.

Corriendo cada vez tengo mejor técnica, cada vez salen los valores medios de mi cadencia y oscilación vertical mejores. Al final Julio va a tener razón, y voy a aprender a correr...

Nadando es donde más me está costando mejorar, sobre todo en las series. O al menos, conseguir que la mejora sea significativa. Técnica, técnica, técnica. Víctor, que me está ayudando como no lo ha hecho nadie en la piscina, me machaca a cada largo que doy. Me frena, con buen criterio, cada vez que me obsesiono con nadar metros y más metros. Me pide que no me preocupe tanto por el volumen y me centre más en mi técnica. "Da un paso atrás Álvaro, y te prometo que darás los dos siguientes hacia delante". Tengo esta frase grabada a fuego en mi cabeza aunque a veces el ansia por hacer kilómetros en la piscina me haga olvidarla. Por suerte, él está pendiente de mi para recordármela.

Y así he completado otro mes, abril, con los siguientes números: unos 420 km de los cuales 110 km corriendo, 292 km en bicicleta y 18 km nadando.


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