lunes, 11 de mayo de 2015

Asentando los cimientos

Apenas unos días me faltan para finalizar las 10 semanas de la fase de preparación. Sin darme cuenta ya ha pasado un tercio de las 30 semanas del total del entrenamiento para el Ironman. No tengo la sensación de que haya pasado tanto tiempo, tantas sesiones, tantas horas entrenando. Y eso es buena señal. Estoy disfrutando.

Esta semana ha sido la mejor con diferencia desde que comencé. Los resultados de la base que he estado preparando son cada vez más firmes, más evidentes. Los entrenamientos crecen en exigencia, tanto en volumen como en intensidad. Y sin embargo, las sensaciones al acabar son cada vez mejores. Me siento fuerte. Me cuesta menos recuperarme. Acabo las sesiones sintiendo que a pesar del esfuerzo podría continuar, que estoy relativamente entero. No como al principio cuando en ocasiones acababa muy tocado. Y eso está haciendo que cada vez tenga más confianza en mi mismo y en mis posibilidades.



Ya empiezo a tener sesiones de carrera de más de una hora, y ayer mismo, hice más de dos horas en la bicicleta a unos ritmos muy buenos. En la piscina, Víctor me aprieta cada vez más y me mete más caña. Por poner una pega a esta semana, tengo el pesar de haberme saltado uno de los días de piscina por las obligaciones familiares y laborales. Y el agua es mi sector más débil y en el que más esfuerzo he de realizar. Pero por lo demás, no puedo estar más satisfecho.

Este último punto, el de compaginar las obligaciones del día a día con el entrenamiento, es una de las cosas que más me preocupa y donde más voy a tener que aplicar mi "imaginación". Ya es difícil cuadrar los horarios de entrenamiento, cada vez más amplios, en el día a día. Si a eso le añadimos el tener que encajar los inevitables imprevistos que van surgiendo, el tema ya se complica pero que muy mucho. Y es entonces cuando hay que hacer encajes de bolillo. Y saber adaptarse y volverse más flexible. Tanto en qué hacer, como en cuando hacerlo. Y sobre todo, no obsesionarse si un día no se pueden cumplir los planes establecidos. Al fin y al cabo, aquí de lo que se trata es de disfrutar. De entrenar los mejor posible y de seguir mejorando. Y aunque a veces cueste darse cuenta, saltarse un día la piscina o dejar de salir una hora en bicicleta, no va a importar a largo plazo. Sin embargo, si fuerzo la máquina recuperando estas sesiones "perdidas", puedo entrar en el riesgo de sobre-entrenarme, y en el peor de los casos, incluso de lesionarme. Y entonces sí que tendré mucho que perder.

Así que intentaré cumplir mi plan de entrenamiento. Pero cuando no sea posible, adaptaré lo que me toque ese día a mis posibilidades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario