miércoles, 22 de julio de 2015

Entrenando en el infierno

Durante las últimas semanas estamos sufriendo una ola de calor que está causando estragos. En pocos momentos del día se baja de los 30 grados y solo al amanecer o tal vez, entrando la noche, puedes entrenar encontrado temperaturas algo más suaves. Esto está haciendo que entrenar durante estos días se esté convirtiendo en un auténtico suplicio.

Debido a que entreno en la piscina entre las 20h y las 22h, el resto de entrenamientos solo puedo hacerlos de lunes a viernes, o a las 6 de la mañana o hacia el mediodía, que precisamente es el momento del día en que más calor hace. Y para poder combinar los entrenamientos con el resto de mis obligaciones, no me queda más remedio que entrenar muchos días sobre las 15h. Esto ha convertido mis últimas salidas es un auténtico castigo.

En bicicleta las salidas aún se soportan mejor. El hecho de que puedas llevar líquidos en todo momento permite llevar el entrenamiento mejor. Que te de el aire, aunque parezca que te quema, también atenúa un poco el calor. Pero correr a más de 35 grados en muchas ocasiones, y evidentemente, no poder hidratarte cuando lo necesitas sino cuando coincide que encuentres una fuente, es muy duro. He probado a llevar la mochila de hidratación, pero el calor y la humedad son tan agobiantes, que me resulta peor la molestia de llevarla y el calor y sudor que me provoca en la espalda, que el poder aguantar sin beber hasta la siguiente fuente. He ido adaptando las rutas para poder beber cada quince o veinte minutos. Además que justo antes de salir así como cuando acabo el entrenamiento, me aseguro de tomar todos los líquidos que necesito. No obstante, por mucho que te adaptas, está siendo terrible. El calor no da tregua. Y esto, junto con el cansancio que llevo acumulado, hace que cada día cueste más que el anterior encontrar las fuerzas y la motivación para salir a entrenar. Espero que pronto bajen las temperaturas porque si no, me temo que el rendimiento de mi preparación lo va a notar.

A pesar de todo ello, estoy haciendo todos mis esfuerzos por seguir mi plan para el Ironman. No he podido evitar reducir en un pequeño porcentaje los volúmenes debido al calor, pero sin perder el número total de entrenamientos, salvo alguna sesión puntual en la piscina. Y siempre he intentado suplirla nadando en mar abierto.

Eso si, el fin de semana me permití una licencia. Cambié la sesión de bicicleta en ruta por una salida con la BTT por Collserola con Eric. Me apetecía hacer algo diferente y sobre todo, acompañado. Fue un pequeño premio que me di por "lo bien que me había portado" las semanas anteriores. Las lesiones me han respetado y la fuerza de voluntad me ha acompañado. No he perdido casi sesiones de entrenamiento así que un pequeño cambio por un día, no se notará al final. Y sin embargo, para mi es un pequeño "break" que me ha dado aire para seguir con más fuerza.


Fue una salida genial, divertida. Eso sí, con mucho calor y humedad como no podía ser de otra manera. Pero en la que volví a sentir el ir en bicicleta como un placer y no como una obligación. Recuperar buenas sensaciones y tomar una Coca-Cola bien acompañado me han renovado las ganas por continuar.

Eso si, tuvimos nuestra anécdota del día y es que ya casi al llegar a casa, en la última bajada, pinché la rueda trasera así que me tocó hacer de mecánico. Un motivo más para reírnos y volver con una sonrisa a casa.

Revisando los volúmenes de junio, sigo en la buena línea según el plan establecido: 647 km de los cuales, 26 km nadando, 500 km en bicicleta y 120 km corriendo aproximadamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario